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PIMIENTOS CAMPANITA

También llamados pimientos de sombrero de obispo, pimientos orquidea, etc.
Esta variedad de origen Colombiano y Peruano, según he leido, es generalmente picante. Como los pimientos del padrón, unos pican y otros no... pero en este caso hay más de los que pican... y algunos rabiosamente.

Son de pequeño tamaño, comparados con los habituales pimientos verdes o de freir.
Chiquitos pero matones! Tienen un sabor similar al de las guindillas pero con toques más dulzones.

 Los empleamos en la cocina para condimentar algún guiso o en fajitas de verdura y pollo, en general, en cualquier plato al que le vaya bien un punto de picante.



  Como podeis imaginar, el motivo principal por el que los cultivo en el patio no es el culinario. Me gustan las comidas picantes pero no justificaría tener varias de estas solanáceas solo por eso... de nuevo me pueden las connotaciones decorativas y el adorno del patio.
Cuando descubrí estos pimientos, el otoño pasado, en un huerto urbano de un municipio cercano, directamente, me encandilaron.
Pudimos recoger un pimientito, algo pocho, de la zona de desechos del huerto y sacar unas pocas semillas. Tras secarlas durante unos dias, las guardé pacientemente hasta esta primavera en que las puse con buena tierra en vasitos de yogur, igual que el resto de semillas para el cultivo de verano.
 Cuando no eran más que unos plantines debiluchos los ubiqué en la mesa de huerto, junto a lechugas, tomates cherry... y me dediqué e esperar. Ya sabía por otros años que los pimientos en mi zona no fructifican hasta septiembre. Empiezan a dar flores y más flores por el mes de Mayo pero... primero por falta de temperatura y luego por exceso, no es hasta este mes cuando empiezan a producir.



 Eso si, cuando empiezan ya no paran hasta bien entrados los frios, allá por últimos de Noviembre o primeros de Diciembre. Ya he aprendido que con los pimientos tengo que tener paciencia y no desesperarme cuando en pleno mes de agosto aún no me han dado frutos.
Son muuuuy tardios pero como compensación no se me estropean con el mal tiempo, con una ligera poda, puedo aprovechar las plantas durante dos temporadas. Espero que esta variedad se comporte de igual manera...



 Cuando salen son verdes, como todos los pimientos, pero cuando van madurando empiezan a ponerse naranja y llegan a un rojo intenso, en ese momento es cuando más destacan.

Cuando están a pleno sol, parecen farolillos encendidos!






 A mucha gente les parecerá  tonto cultivar estas variedades de poco aprovechamiento (Isidoro, lo digo por ti...) pero me he llevado muchos años cuidando plantas de flor y creo que estos pimientitos no tienen nada que envidiar a unos rosales o unos maceteros de petunias.

 Por contra he de decir, que por polinización cruzada, pueden hacer picantes a otros pimientos de variedades que en su origen no lo eran. Así que más vale dejar distancia entre estos y el resto de pimenteras.
Espero que os animeis a incluirlos entre vuestros cultivos!

Hasta la próxima entrada!

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GIRASOLES




Esta primavera me decidí a experimentar con los girasoles en el huerto. Nunca se me han dado bien en el patio, quizá por falta de horas de sol o de tierra. En los maceteros, por grandes que sean, siempre me quedan raquíticos y les atacan multitud de enfermedades, sobre todo los hongos.


Tenía un sobre de semillas y enterré algunas en el huerto, sin mucho éxito. Este es un problema que tengo en la parcela... las semillas no logran germinar o si lo hacen, las incipientes plantitas son inmediatamente devoradas por caracoles y demás bichos.



 Así que puse algunas pipas en vasitos de yogur (como hago normalmente) y las dejé crecer un poco en el patio de casa.


 Cuando tenían más o menos 4 hojas verdaderas las llevé a la parcela y desfondé los vasitos de yogur con unas tijeras, antes de enterrarlos. Lo hice así por proteger un poco más las raices y evitar que se tronchasen. Les dejé una separación de unos 30 cm entre plantas y rapidamente comenzaron a crecer y engrosar los tallos. Son plantas supervigorosas y en poco tiempo (unos 30 dias) los pequeños capullos aparecieron, estando aún muy bajitas y crecian al mismo tiempo que el resto.


 Han llegado a estar muy altas... algunas sobrepasaron el metro y medio con creces y fué entonces cuando las flores empezaron a abrir, conviertiendo la huertita en un sitio mucho más decorativo y agradable.

Puse 8 plantas y solo una se malogró, las demás han dado unas hermosas corolas tupidas de pipas, algunas de tamaño considerable. Esperé a que las hojas se pusieran mustias y secas, cosa que ocurre al mes aproximadamente de que abran las flores. Hablo por mi experiencia y con este clima sevillano que, este verano, ha sido achicharrante.
Supongo que en otras regiones la cosa cambiará bastante.
Una vez  secas, fuí cortando las cabezas florales y  colgándolas boca abajo en sitio seco y soleado, en casa. Las hemos ido cogiendo y desgranando en la cocina, sobre la tabla de madera y teniendo mucho cuidado de no pincharnos. Las astillas pueden clavarse con facilidad y nos pueden dejar doloridos una temporada (os lo digo por experiencia propia).

 

Luego, hemos ido tostando las semillas según hemos necesitado o nos ha apetecido.
Hemos probado a tostarlas en horno y en sarten, me quedo con esta última y el sistema de La huertina de Toni. 

Riquísimas!!

Se conservan bien en un tarro bien cerrado así que no habría problema en hacerlas todas a la vez, pero nosotros preferimos tostarlas en varias tandas, por aquello de tomarlas recien hechas.



Si teneis un trozo de tierra  o macetohuerto no dudeis y sembrad girasoles. Son preciosos y se disfruta mucho cuidándolos, preparándolos y degustando sus ricas pipas. Sobre todo si teneis ayuda en la cocina como yo.

Hasta la próxima entrada!











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